Definiendo mis impresiones de aquella primera Semana Santa cartagenera, puedo resumirlas en tres caracteres destacados y cómo hicieron vibrar mis sentidos en esas noches de primavera de hace tres años: Orden, Luz, Perfume.
Orden.- El orden es la armonización de la belleza. Los procesionistas cartageneros conocen su valor y con su organización saben dar realce a sus desfiles, convirtiendo la disciplina en fervor.
Luz.- Toma un valor multiplicado cuando es tributo a imágenes divinas y para alegría del alma, para realzar sus bellezas y atraer, como mariposas, a las almas enamoradas del arte y buscadoras de Dios. Hay mucha luz en las procesiones cartageneras y arte para aplicarla a un espectáculo de profundo significado: Inolvidable.
Pedro Tallón Cantero destacaba, en la Guía de la Semana Santa de 1944 que lo que mas le había llamado la atención era precisamente la luz y el orden en la primera Semana Santa que había vivido en Cartagena en el año 1941. Y esas dos cosas es lo que hacen totalmente distintas las procesiones cartageneras.
Iremos publicando artículos de opinión que estén relacionados con el desfile de los tercios y las procesiones cartageneras con sus innovaciones técnicas que se han ido produciendo.
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