El 17 de junio de 2004 quedará grabado en la historia de la Iglesia católica como el día en que se descubrió la tumba de San Josemaría Escrivá. Este hecho tuvo lugar en la cripta de la iglesia prelaticia de la Santa Cruz de Roma.
El hallazgo de la tumba fue posible gracias a una serie de indicios que permitieron identificar el lugar exacto donde había sido enterrado San Josemaría Escrivá en 1975. Estos indicios incluyen los recuerdos de las personas que estuvieron presentes en el entierro, así como el examen detallado de los documentos y objetos presentes en la cripta.
La tumba de San Josemaría Escrivá fue descubierta por el Prelado del Opus Dei, Javier Echevarría, en presencia de varios representantes de la Santa Sede y de la Orden de Malta. El descubrimiento fue recibido con gran emocion por parte de los miembros del Opus Dei y de fieles de todo el mundo.
La tumba de San Josemaría Escrivá se encuentra en la cripta de la iglesia prelaticia de la Santa Cruz de Roma. La cripta es un lugar de peregrinación para miles de personas que visitan Roma cada año. La tumba es sencilla y está hecha de mármol blanco. En ella se encuentra una placa de bronce con el nombre de San Josemaría Escrivá y las fechas de nacimiento y fallecimiento.
El descubrimiento de la tumba de San Josemaría Escrivá permitió a los miembros del Opus Dei y a fieles de todo el mundo tener un lugar físico al que acudir a rezar y a recordar la figura del fundador de esta institución. La tumba se ha convertido en un lugar de peregrinación y de encuentro para los miembros del Opus Dei y para todos aquellos que quieren acercarse a la figura de San Josemaría Escrivá.
San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, es un santo muy querido por muchos católicos en todo el mundo. Tras su muerte en 1975, sus restos mortales fueron enterrados en la cripta de la iglesia prelaticia de Santa María de la Paz en el barrio residencial de Aravaca, en Madrid, España.
La cripta de la iglesia Santa María de la Paz es un lugar de peregrinación para muchos fieles que visitan Madrid. En ella se encuentran los restos de San Josemaría, así como los de otros miembros del Opus Dei que le acompañaron en su labor apostólica.
Además, en la cripta se puede ver una imagen de San Josemaría, así como diversas reliquias y objetos personales del santo, como su capa pluvial, su máquina de escribir, sus gafas y algunos libros de su biblioteca personal.
Para muchos católicos, la cripta de Santa María de la Paz es un lugar especial donde pueden rezar y sentir la presencia de San Josemaría. Cada año, miles de peregrinos de todo el mundo visitan este lugar para venerar al santo y pedir su intercesión.
En resumen, los restos de San Josemaría Escrivá de Balaguer se encuentran en la cripta de la iglesia prelaticia de Santa María de la Paz en Madrid, España. Este lugar es un punto de referencia para muchos católicos y un lugar de oración y reflexión.
El Prelado del Opus Dei, actualmente, vive en la "casa de Santa María", localizada en la sede central de la organización, en Roma.
Esta casa, conocida también como "villa Tevere", es un edificio de cuatro plantas, construido a mediados del siglo XX, y cuenta con amplias y confortables instalaciones, con capacidad para alojar a un amplio número de personas.
La casa de Santa María cuenta con diversas estancias, como una biblioteca, un comedor, una capilla y diversas salas de reuniones, donde se realizan diferentes actividades y eventos relacionados con el Opus Dei.
Cabe destacar que, antes de vivir en la "casa de Santa María", el Prelado del Opus Dei residía en una vivienda en la calle Bruno Buozzi, también en Roma, y en otras propiedades del Opus Dei en diferentes países del mundo.
En definitiva, la residencia del Prelado del Opus Dei es un lugar clave dentro de la organización, que simboliza la importancia y relevancia que tiene su figura en el conjunto de la institución.
Don Álvaro del Portillo, el primer sucesor del fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá de Balaguer, nació en Madrid en 1914 y falleció en Roma en 1994. Luego de su muerte, comenzó una búsqueda exhaustiva para encontrar su lugar de enterramiento, ya que su última voluntad explicitaba la intención de ser sepultado en el cementerio de San Isidro, en Madrid.
Después de infructuosas investigaciones para conseguir la autorización necesaria y llevar a cabo el traslado, finalmente se decidió enterrar a don Álvaro en Roma, donde murió, en la cripta de la iglesia prelaticia de Santa Maria della Pace, en el barrio del Parioli.
En la cripta, se pueden ver algunas piezas que hacen referencia a su vida, como su vestimenta de obispo, además de fotografías de algunos momentos importantes para él. En los actos conmemorativos de su fallecimiento, se realizan misas en la capilla y se permite el acceso a los fieles para que puedan visitar su tumba y orar por su eterno descanso.
Muchos fieles siguen queriendo visitar su tumba en Madrid, pero por el momento, su tumba se encuentra en el lugar donde se decidió realizar su entierro. Sin embargo, la iglesia de San Isidro de Madrid sí tiene una capilla dedicada a don Álvaro del Portillo, donde se celebran misas y se rinden homenajes a su memoria.
El 26 de junio es una fecha muy relevante para el Opus Dei, ya que se celebra la festividad de su fundador, San Josemaría Escrivá de Balaguer.
San Josemaría Escrivá de Balaguer fundó el Opus Dei en 1928, con el objetivo de difundir la idea de que la santidad no es cosa de pocos, sino algo al alcance de todos en su vida cotidiana. Es por eso que el Opus Dei se dedica a formar cristianos comprometidos con la sociedad y a fomentar una cultura del trabajo, la libertad y la responsabilidad.
El 26 de junio es una oportunidad para reflexionar sobre la figura de San Josemaría y su legado. Para ello, la comunidad del Opus Dei realiza diversas actividades como misas, conferencias y encuentros de formación. Además, muchos fieles acuden a su tumba, situada en la iglesia prelaticia de Santa María de la Paz, en Roma, para rezar y pedir su intercesión.
En definitiva, el 26 de junio es una fecha especial para el Opus Dei, en la que se conmemora la vida y obra de su fundador, San Josemaría Escrivá de Balaguer, y se renueva el compromiso de seguir su legado para fomentar una sociedad más justa y fraterna.